Mi mirada se pierde entre aquellos majestuosos jazmines
que irradian los dulces sabores de mi utopía.
Allí están. Mutando con cada ventisca.
Y el aroma se bambolea jugando con mi rostro.
Riega, cielo mío, los capullos de todos mis sueños.
Pues, aquí los días tiñen mi piel de su amor.
Y son sus caricias aladas las que me alimentan de pasión.
que irradian los dulces sabores de mi utopía.
Allí están. Mutando con cada ventisca.
Y el aroma se bambolea jugando con mi rostro.
Riega, cielo mío, los capullos de todos mis sueños.
Pues, aquí los días tiñen mi piel de su amor.
Y son sus caricias aladas las que me alimentan de pasión.
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