¿Crees que agrego algo a tu vida?
Con mi suerte,
apuesto mi vida a que recibiré más rosas en mi lecho de muerte
que las que podrían entregarme estando aún de pie.
apuesto mi vida a que recibiré más rosas en mi lecho de muerte
que las que podrían entregarme estando aún de pie.
Ahí donde convergen
la pluralidad y mi difusa angustia,
cual punto donde se funden
lo hostil con ternura,
arraigados sus recuerdos
y temerosos de deseos,
condensan desde lo innato,
martirizando mi fe y relatos,
las huellas profundas y sus sueños frustrados.
¿Cuáles son las ventajas de la esperanza?
En este preciso momento en el que no soy ni eres,
es cuando pertenecemos y se funden los sueños,
donde el sol ilumina los mismos sitios
y las almas templadas empujan en la misma dirección.
En este preciso momento en el que no fuimos mas somos,
se nos sumergen cada uno de nuestros sentimientos
y nos elevan con igual bocanada sin hastío,
y las paredes se derrumban con la más cálida discreción.
Porque ya no hay más que comprender,
ni queda nada por meditar.
Pues hoy Somos.
Y si existiera una palabra para expresar,
sería como todo un universo.
Si existiera un poema para transmitirte en versos,
sonaría como cada intenso latido,
sabría como cada dulce suspiro.
Porque éste es nuestro comienzo,
naciendo desde un mismo cielo,
descubriendo mi corazón en tu rostro,
y los sueños en un único vuelo,
el principio, amor, de lo que somos.
es cuando pertenecemos y se funden los sueños,
donde el sol ilumina los mismos sitios
y las almas templadas empujan en la misma dirección.
En este preciso momento en el que no fuimos mas somos,
se nos sumergen cada uno de nuestros sentimientos
y nos elevan con igual bocanada sin hastío,
y las paredes se derrumban con la más cálida discreción.
Porque ya no hay más que comprender,
ni queda nada por meditar.
Pues hoy Somos.
Y si existiera una palabra para expresar,
sería como todo un universo.
Si existiera un poema para transmitirte en versos,
sonaría como cada intenso latido,
sabría como cada dulce suspiro.
Porque éste es nuestro comienzo,
naciendo desde un mismo cielo,
descubriendo mi corazón en tu rostro,
y los sueños en un único vuelo,
el principio, amor, de lo que somos.
Cada tanto del cofre de tristezas gotean algunas lágrimas por las grietas que ocasionan los años y los daños.
Acercarse a la realidad le saca el encanto a las cosas.
¿Vamos a seguir soñando o aceptaremos lo que sea necesario para vivirlo?
Una mirada arrebatadora se me instala este mediodía prometedor,
quitando lo inalienable,
apoderándose de mi mente insaciable,
de mi credo desesperado,
de mis deseos más mundanos.
Yo,
que había olvidado quien fui con aquel,
me reencontré con su sabor amargo,
me reencontré con mis miedos,
me reencontré con su recuerdo.
Esos acordes remitirán siempre
el brillo de tu soledad junto a la mía;
Y esa melodía guardará eternamente
el dulce recuerdo de tu esencia evasiva.
La breve riqueza de nuestro cuasi-romance,
el tenue destello de tu amor en el aire.
Jamás desvanecerá la huella mnémica,
mas jamás pediré a los cielos quitarme la venda.
Así, vida, como te recuerdo;
así quisiera permanezcas en mis tiempos,
con la astucia de los vientos,
con la inocencia de mi credo.
Perteneces a la eternidad,
allí entre el egoísmo y la bondad.
No me corresponden los azares de tus sueños,
ni el fruto de tu vida;
no me corresponde ni el jugo de tus besos,
ni la raíz de tus sonrisas.
No eres mío, no soy nadie;
sólo tristeza y agonía.
Tengo esperanzas, dije. Y esperanza sacó el revólver de la mesita de luz, lo sujetó con firmeza y gatilló mis sueños en su sien.
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